La depresión es un estado temporal que ha sido disparado por una enfermedad, por períodos de duelo, por alguna pesadumbre, por abatimiento, y que han sido producidos por factores externos como una muerte, un divorcio, una pérdida de trabajo, entre otros. No necesariamente cuando se tiene una situación de esta índole se tiene que entrar en un estado depresivo. Hay un proceso donde la persona se siente triste y con ciertas características que son propias de la depresión, pero sin por ello catalogarse como una persona depresiva. Cada persona tiene su tiempo y proceso propio para superar las situaciones. Esto es importante en el sentido de no confundir un estado depresivo con un proceso normal de pérdida, para no abusar de fármacos y caer en dependencias, pues nosotros/as tenemos nuestros propios mecanismos que nos capacitan para superar estas situaciones.
Algunas de las características de una personalidad depresiva pueden ser:
* Comportamiento abatido.
* Expresión sombría, afligida y apesumbrada.
* Relaciones interpersonales indefensas, vulnerable y de desprotección.
* Tendencia a procesar las situaciones de una manera pesimista, viendo las cosas desde el lado negro y esperando que pase lo peor.
* Se perciben como personas inútiles.
* Se niegan a vivir experiencias placenteras.
* Más avanzado puede presentar un temperamento melancólico con tristeza, malhumor y tendencia al llanto.
* Carecen de entusiasmo.
* La persona deprimida no es capaz de responder frente al mundo.
Otra de las situaciones que pueden llevar a las personas a un estado
depresivo, es por perseguir metas donde su deseo y su realidad se encuentran una muy lejos de la otra. Esto hace que se generen frustraciones y se encuentre cada vez más lejos de los ideales.
Cuando no se tienen claro cuáles son sus necesidades a nivel de pareja, de hombre o mujer, de madre, de padre, etc, es difícil alcanzar los deseos y que estos sean acordes con las posibilidades que tienen en su vida cotidiana. Esta frustración también tiene que ver con la parafernalia que nos vende la sociedad para alcanzar la felicidad.
Felicidad que tiene que ver más con necesidades superfluas y creadas por el consumo que solo nos abocan a la frustración y al deseo sin fondo de consumir cada vez más y más, produciendo sociedades ansiosas y llenas de miedo.
Lo que estamos viendo actualmente a nuestro alrededor, es gente frustrada, llena de egoísmo que lo único que persigue son ilusiones falsas que le den seguridad, pero que solo llenan cada vez más un vacío existencial. Muchas veces uno se encuentra con gente que le dice que lo tiene todo, pero no se encuentran felices, y se preguntan por qué, sin encontrar la respuesta. Todo esto genera inseguridad, ataques de pánico, miedo, rabia y depresión. Por eso las personas se sienten tristes incluso en situaciones que normalmente generarían estados más confortables.
¿Cómo podemos saber si estamos deprimidos?
En primer lugar mirar las características que están listadas en el párrafo de arriba y ver si esto ocurre también en situaciones en las que no nos deberíamos sentir mal. Si estamos pasando por una situación difícil, es normal que tengamos períodos de
tristeza, malhumor, desmotivación, decepción, etc; pero con deseos de hacer cosas y movernos para salir de dicha situación, sin llegar a deprimirnos.
Una de las principales características de la depresión es el desgano para movernos. Es como si nuestra energía se volviera toda al centro de nosotros/as y solo pensáramos “alrededor de nuestro ombligo”. Le quitamos la energía a todo lo que está a nuestro alrededor y solo pensamos en lo malo que nos sentimos NOSOTROS/AS.
Siempre tenemos herramientas que nos pueden ayudar a salir de esta situación y si nos vemos demasiado incapaces para hacerlo, es bueno pedir ayuda. Muchas veces sentimos que tenemos el agua más arriba de la cabeza y alguien nos puede ayudar a quitar el tapón para que baje el agua y podamos ver, respirar y escuchar.
¿Qué podemos hacer para salir de ella?
En primer lugar es importante buscar un profesional de la salud, como por ejemplo un psicólogo para que te ayude a identificar que es lo que te está llevando a este estado y a tener contacto con tus sentimientos y con tu interior desde el estar presente en el aquí y el ahora. Es importante poder contactar con tu realidad y estar con los “pies en la tierra”. Recuperar el contacto con el propio yo para encontrar cierto equilibrio e independencia. Hay alternativas otras herramientas que podrán ayudar al trabajo terapéutico como las esencias florales, la acupuntura, el ejercicio, los masajes, entre otros, pero siempre bajo la supervisión de un profesional. No debes auto-medicarte, ni tomar cosas que le sirvieron a tus amigos/as y pienses que quizás a ti también.